Alrededor de este patio se desenvolvía la casa que la corona otorgaba al asistente, otrora alcalde de la ciudad. Este espacio arquitectónico del s. XVII posee, como sugiere Manzano, aroma de arquitectura castellana. A su sombra vivieron muchos regidores de la ciudad y en el siglo XVIII fue lugar de tertulia de ilustrados sevillanos en torno a Pablo de Olavide o Jovellanos.